Él la miró a los ojos. Ella le miró también, fugazmente, y le dijo “no me mires así”. Él tomó la mano derecha de ella entre las suyas y la acarició despacio. La voz de Billie Holiday se fue alejando, al igual que la figura de los demás clientes del bar. Pasaron entre las nubes unos instantes y él dijo “te quiero” acercando sus labios a los de ella. Cuando sus bocas se separaron, el mundo estaba allá abajo, muy lejano.
Ella le preguntó “¿cómo volvemos?”. “¿Para qué?”, dijo él.
Ella le preguntó “¿cómo volvemos?”. “¿Para qué?”, dijo él.
2 comentarios:
No sabes lo que me alegro de que hayas vuelto, aunque antes yo no estaba, me encanta lo que estoy leyendo!!! y lo que voy a aprender.
Un abrazo
Anita, que como le decía a Rocío, publico entradas y no veo los comentarios. Hoy me he enterado al entrar.
Yo sí que estoy aprendiendo de vosotras.
Un beso.
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