viernes, 29 de abril de 2011

Encuentros




La reconoció nada más verla, con su bolso de lana azul, porque la llevaba esperando toda la vida.

Ella miró el periódico doblado de la forma convenida en la mano derecha de él. "Hola, soy Clara", dijo ella, "Tú eres Pablo ¿No?". Estaban parados en una esquina, mientras la gente, bajo la incipiente claridad de un nuevo día, caminaba deprisa hacia su trabajo.

"¿Vienes desde muy lejos?", preguntó ella. Él dijo el nombre de una calle de un barrio lejano y ella le reconvino, "Nada de datos concretos ¿No te lo han dicho en la celula? Puede ser peligroso".

El miró el rostro de ella, surgido del fondo de los tiempos y de su memoria y pensó "¿Qué más da?". Y comenzaron a caminar calle arriba, despacio, hablando de forma tímida. Como si acabaran de conocerse.

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